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Saray, una niña de la vereda Astillero del corregimiento de San Antonio de prado, de seis años a la que le encanta aprender cosas nuevas, siempre está pendiente de lo que le enseñan en la escuela y de lo que le explican sus padres.

A ella le gusta que le leen cuentos con muchas imágenes e inventar historias con personajes fantásticos, se le daba muy bien las manualidades y siempre que en la escuela tenían que hacer tareas artísticas se divertía mucho.

Ese día en la escuela en el encuentro de inglés después del saludo y enseñarles el vocabulario de las frutas y verduras, la Teacher les dijo: – La próxima actividad van a escribir la fruta y el vegetal que más le a cada uno

Todos los niños comenzaron a escribir lo que más les gustaba, sin embargo, La Teacher al observar los niños como realizaban actividad con gran entusiasmo ve aislada a Saray, al ver las lágrimas de ella, se acerca y pregunta: -Saray ¿Qué ocurre?
Secándose las lágrimas responde: -Teacher, no me gusta ninguna verdura y además no se escribir…

La Teacher le recordó que no todos los niños comen verduras, aunque son fundamentales para su crecimiento y siempre hay algo que nos guste así sea frutas y que con el tiempo aprendería a escribir, lo importante era intentarlo y disfrutar.

Con esta confianza que le dio la Teacher a la niña, recordó lo mucho que le gusta dibujar y con colores pintó una manzana, una pera y unas uvas, al exponer a sus compañeros pronunciando Apple, pear and grape sonríe escuchando los fuertes aplausos de los compañeros, la Teacher le dice: –Very Good! Saray ese día además de aprender inglés, aprendió a tener seguridad en sí misma.

Por: Leidy Lotero

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