Pensar en el futuro es algo incierto y más cuando se es niño, las vivencias de estas personitas a su corta edad es un mundo distinto, fantasioso y muy divertido, lleno de colores y aventuras, unos sueñan con ser piratas, otros con ser como su superhéroe favorito, en el caso de las niñas, la cantante de moda, doctora o profesora.
Tal caso fue para los niños y niñas de la vereda Potrerito del corregimiento de San Antonio de Prado, a solo quince minutos de la zona urbana se aprecia sus hermosas fincas llenas de colores, de las ocho veredas del corregimiento, esta encanta con su paisaje rural, los campos verdes, cultivos de hortalizas y sin duda los animales de granja como caballos, vacas, y los grandes galpones avícolas.
Con toda esta riqueza natural se logra apreciar el entorno que día a día viven los que recorren los caminos de esta vereda, en especial los niños y niñas, que de lunes a viernes se dirigen a la escuela con este paisaje rural. Llega el día sábado, no es la excepción, la teacher llega al campo a compartir saberes lingüísticos en otro idioma y ellos a enseñarles lo real que es el entorno identificando cada palabra del vocabulario del inglés en una imagen real, en movimiento, con sonido propio, ya sea porque la vaca muge, el caballo bufa, el cerdo gruñe o una que otra gallina cacareando con sus pollitos, estos saberes se vigorizan con cantos, juegos y anécdotas de cada niño y niña, que con sus historias se logra identificar el mundo fantástico de cada uno en especial del niño Darwin que en el encuentro manifiesta que quiere ser un granjero.
Un mundo en sueños vive cada niño, en especial de aquellos que desean conservar sus raíces sin dejar de lado otros conocimientos, tales como la ciencia, tecnología e idiomas que ayudaran a cultivar sus historias fantásticas y que con el pasar del tiempo se harán realidad, como aquel niño que un día jugó con sus peluches de animales y en un futuro será el buen agrónomo.
Por: Leidy Lotero